Esta frase en latín caracterizó el pensamiento de la Reforma Protestante del Siglo XVI por Martín Lutero, teniendo como antecedente el aporte y visión de Juan Huss [1] un siglo antes. Definir a la Iglesia como “reformada siempre reformándose” expresa que la búsqueda de la Palabra de Dios es entenderla en  el tiempo y contexto real, relacionada con las experiencias humanas.

De tal manera que sería posible seguir, desde la Reforma, el aporte teológico que influenció la construcción del pensamiento pedagógico a través de los últimos siglos. Elvira Romera de Arcaute [2] escribió alguna vez que las escuelas confesionales desarrollan un proyecto teológico pedagógico, y que no hay escuela sin teología, lo cual va más allá del acto confesante de la fe. Por lo tanto nuestro sentir de cambio responde a una manera de entender la teología como el acto de un Dios liberador, que ama y sostiene a su creación, y a su vez nos da la libertad de educarnos para pensar, aun a riesgo de cuestionar la fe [3] .

 

Al celebrar los 30 años del Instituto resulta necesario hacer un acto de la memoria, que nos permita recorrer en el imaginario este proceso permanente y no casual del Reformatio, que se sustenta en pensar los aprendizajes en el marco de la cultura y las realidades del sujeto [4] y no sólo desde nuestra perspectiva.

Hemos sabido adelantarnos a interpretar los cambios socioculturales, y pensarlos desde el acto transformador de la escuela. La concepción del mundo tecnológico y la digitalización de las comunicaciones nos han llevado, algunas veces como el caso de la pandemia, a repensar la escuela no sólo en lo tecnológico o en las prácticas disruptivas, sino también en una comprensión de las relaciones humanas y las emociones.

El concepto de la Reforma, de impronta humanista, nos recuerda que el ser humano es actor y transformador de su contexto y cultura, no sólo desde el conocimiento científico y la socialización sino desde su espiritualidad como componente de su integralidad. No cambiamos solos el mundo, lo hacemos en conjunto animándonos a la dialéctica del pensamiento, a deconstruir y construir con el otro, a valorar la pregunta, como diría Pablo Freire, pues ésta nos lleva a elaborar nuevas formas de respuesta [5] , más inclusivas y sustentables.

La ESI, los DD. HH, el cuidado ambiental, junto con las Lenguas, expresan nuestra identidad. Martín Lutero y Felipe Melanchthon [6] consideraban que las lenguas ocupaban un valor esencial en la educación. Para nuestros jóvenes este concepto es la capacidad para comunicarse en un mundo diverso y global.

Cada día tendremos presente que la escuela también es Reformatio, es su esencia. Estamos llamado por vocación [7] a construir un mundo más humano y más justo, reconociendo los tiempos y capacidades de cada estudiante. Cordial bienvenida a padres y estudiantes a un nuevo ciclo escolar, con nuevos proyectos. Juntos acompañaremos los procesos educativos de niños, niñas y jóvenes, sin perder de vista el valor y aporte de cada uno de quienes desde 1993 han participado de esta propuesta.

 

Asesor en Gestión Educativa , Lic. Ricardo Veira



1 Juan Huss, teólogo y filósofo checo. Rector de la Universidad de Praga. Siglo XV.
2 Elvira Romero de Arcaute. Pedagoga metodista. Fue Directora Ejecutiva del Servicio Nacional de Educación Privada.
3 Martín Lutero. Sermón para que envíen a los hijos a la escuela. 1530
4 Paulo Freire. Pedagogía crítica. Lev Vygotsky. Constructivismo.
5 Paulo Freire. Eva y las uvas
6 Felipe Melanchthon.Reformador de la Educación superior en Alemania en el siglo XVI. Refriéndose al valor del griego y el latín.
7 Von Beruf. Concepto de la Reforma recreado por Friedrich Fröbel.